Se trata de testeos de dos tipos. Por una parte, se llevan a cabo análisis bacteriológicos que consisten en la búsqueda e identificación de bacterias aeróbias, heterótrofas, coliformes totales, Escherichia coli y Pseudomonas aeruginosas.
Del mismo modo, se realizan análisis fisicoquímicos que consisten en determinar parámetros de turbiedad, ph, conductividad, alcalinidad, dureza, cloruros, calcio, magnesio, nitratos, nitritos, sulfatos, hierro, manganeso, arsénico, fluoruro, sodio y potasio. También se mide el cloro en red.
Todos los parámetros son cotejados con los valores permitidos por el Consejo Federal de Entidades de Servicios Sanitarios (COFES), al que Río Negro adhiere a través del contrato de concesión entre la Provincia y la empresa estatal Aguas Rionegrinas.
Los análisis están sistematizados de diversa manera, dependiendo la zona y el tipo de captación de agua en cada lugar. Así, se controla el agua de perforaciones en regiones como la Línea Sur, en tanto que en la zona andina la captación es del lago o arroyos, y en los valles del seno de propio río Negro, entre otras particularidades.
Todas las muestras son enviadas permanentemente al laboratorio ubicado en la oficina central de Aguas Rionegrinas en Viedma. Allí las analizan y luego informan al ente regulador, el Departamento Provincial de Aguas.
Además, anualmente desde el laboratorio central se realizan muestreos para analizar en laboratorios externos que no haya presencia de metales, hidrocarburos o plaguicidas.
Ante la circulación de información falsa, recomendamos a los usuarios consultar a las fuentes oficiales y no compartir información de dudosa procedencia para evitar la desinformación.
Finalmente, recordamos a los usuarios la importancia de revisar los tanques de reserva domiciliarios y realizar una limpieza semestral para garantizar el óptimo estado de las reservas personales de agua.